Dimensión Epidemiológica

En esta dimensión se incluyen elementos que permiten caracterizar la situación de la problemática del Chagas a nivel poblacional, a través de parámetros como prevalencia, incidenciadistribución de la enfermedad y del vectoríndices entomológicos, entre otros. También contempla las nuevas configuraciones geográficas de la problemática debidas, principalmente, a los crecientes movimientos migratorios.

¿Qué es la epidemiología?

La epidemiología es la disciplina que estudia la frecuencia (cuántos casos), la distribución geográfica (dónde ocurre) y temporal (cuándo ocurrió y su duración) de una enfermedad. Para ello, se encarga de construir indicadores numéricos basados en la estadística para sintetizar una compleja trama de factores y poder caracterizar escenarios particulares.

Dos indicadores clásicos y de uso extendido son:

  • Prevalencia: indica la proporción de personas infectadas por un “agente” particular respecto del total de la población.
  • Incidencia: señala el número de nuevos casos de una enfermedad que ocurren en un lugar y en un momento determinado.

En la epidemiología del Chagas, se trabaja además con índices entomológicos (referidos a las vinchucas), por ejemplo:

  • Infestación domiciliaria: expresa la proporción de viviendas con presencia de vinchucas.
  • Re-infestación: expresa la proporción de viviendas con presencia de vinchucas luego de la aplicación de insecticidas (control químico).

¿Cómo se juntan los datos para calcular esos índices?

Para estimar la prevalencia y la incidencia de la enfermedad de Chagas se requiere el relevamiento de un número representativo de personas, lo cual exige la disponibilidad de elementos en diversas esferas simultáneamente:

  • Recursos humanos y económicos;
  • Herramientas de diagnóstico oportunas;
  • La correcta y exhaustiva recopilación de la información, además de la integración de las bases de datos.

Esta última tarea es sumamente compleja pues implica la coordinación de los organismos de salud municipales, provinciales y nacionales, tanto públicos como privados, no solo en las zonas donde ocurre activamente la transmisión vectorial sino en todo el país, pues las migraciones internas y externas hacen que la distribución de las personas infectadas vaya más allá de las áreas donde están las vinchucas.

Es por esto que los índices de incidencia y prevalencia se ven directamente afectados, entre otros factores, por las posibilidades de acceso a la consulta médica a tiempo y al diagnóstico adecuado por parte de los/as ciudadanos/as. A su vez, en muchas ocasiones, la falta de visibilidad y conocimiento sobre el Chagas por parte de los equipos de salud, tanto en zonas endémicas como no endémicas, se traducen en un sub-diagnóstico de la infección y, por lo tanto, contribuyen a subestimar los valores de prevalencia. Vemos así que tanto el acceso limitado de las personas al sistema de atención médica, junto con la falta del diagnóstico clínico, son dos factores fundamentales que afectan las cifras que dan cuenta de la dimensión de la problemática del Chagas.

Frente a este panorama surge, de manera inevitable, la necesidad de considerar las limitaciones mencionadas anteriormente a la hora de hacer una lectura crítica y entender las cifras disponibles y los índices que hablan del Chagas.

¿En qué lugares ocurre la transmisión del parásito?, ¿dónde hay casos de Chagas?

Se reconoce al Chagas como una de las endemias* más expandidas en América Latina y, por lo tanto, constituye uno de los principales problemas de salud pública en la región.

Tradicionalmente se consideró que la transmisión del Trypanosoma cruzi se restringía solo a parajes rurales de áreas endémicas. Sin embargo, hay personas que tienen Chagas viviendo en todo el mundo debido a que, además de la transmisión vectorial, las migraciones humanas y la existencia de otras vías de transmisión (ver Dimensión Biomédica) distribuye al tripanosoma más allá de las vinchucas.

* Se considera endemia cuando una enfermedad se mantiene a lo largo de mucho tiempo en una población o zona geográfica determinada en un nivel estable, incluyendo variaciones estacionales.

¿Cuánta gente está infectada por el Trypanosoma cruzi?

MUNDIAL: Según la Organización Mundial de la Salud, en 2013 se estimaba que -al menos- 8 millones de personas en el mundo son portadoras del T. cruzi. La mayor cantidad de casos estarían concentrados en 21 países de América Latina, aunque también se calculan importantes cifras en Estados Unidos, Canadá, España, Japón y Australia.

ARGENTINA: Según cifras oficiales (Programa Nacional de Chagas), se estima que en el país existen -al menos- 1.600.000 personas infectadas por el T. cruzi.

Esta cifra representa casi el 4% de la población total del país.

Se calcula que alrededor de 300.000 personas sufren afecciones cardíacas asociadas con la enfermedad de Chagas, sabiendo que 3 de cada 10 personas infectadas desarrollan la enfermedad en algún momento de su vida (ver Dimensión Biomédica).

Respecto a la prevalencia en embarazadas, entre el 2000 y el 2009, se estimó entre un 6,80% y un 4,84% respectivamente calculando que, al menos, 5 de cada 100 mujeres están infectadas con el parásito.

Se estima que en promedio, 4 de cada 100 (4%) hijos/as de mujeres que tienen Chagas nacen infectados/as por el T. cruzi. En base a estos datos, se calcula que cada año, en Argentina nacen 1.400 niños/as infectados/as por transmisión congénita.

En cuanto a la transmisión del T. cruzi por transfusiones sanguíneas y trasplantes de órganos, no se dispone de cifras que señalen la cantidad de casos originados por estas vías. En este sentido, según el Programa Nacional de Chagas, se observó que entre el 2000 y el 2010 la prevalencia nacional en los bancos de sangre disminuyó del 4.4% al 2.6%. Sin embargo, es necesario aclarar que esta estimación no deja ver situaciones particulares dado que, según el informe INCOSUR 2010, en algunas provincias incluso se observaron aumentos en este índice.

¿Dónde se encuentran las vinchucas?

La mayoría de las especies de vinchucas (alrededor de 140 especies) están distribuidas a lo largo del Continente Americano, con algunas pocas especies presentes en Asia, África y Australia. Se considera que prácticamente todas las especies son potenciales transmisores del parásito.

Las de mayor importancia epidemiológica son aquellas que habitan en las viviendas humanas y los ambientes peridomiciliarios (corrales de animales, gallineros, depósitos, etc.) de las zonas rurales, semi-rurales y urbanas de extensas regiones de Latinoamérica.

En Argentina, pese a que hay alrededor de 7 especies más de vinchucas que presentan diferente grado de relevancia en el ciclo de transmisión del parásito, la principal especie vector es Triatoma infestans, que por estar altamente adaptada al ambiente doméstico es la especie con mayor contacto entre las personas y los reservorios del parásito (perros, gatos, etc.). Le siguen en importancia T. guasayana, T. sordida, T. patagonica y T. platensis que habitan en peridomicilios (corrales de animales, gallineros, depósitos, etc.) y, por lo tanto, son consideradas secundarias (con menor probabilidad de contacto entre los seres humanos y los reservorios del parásito).

¿Cómo se distribuye el riesgo de transmisión vectorial en Argentina?

Para determinar los niveles de riesgo de transmisión vectorial por provincia o región, se establece el índice de infestación domiciliaria.

Una provincia con mayor índice de infestación presenta una mayor proporción de viviendas positivas para la presencia del vector y, por consiguiente, un mayor nivel de riesgo de transmisión del T. cruzi, que otra provincia con menor índice de infestación.

Los niveles de infestación dependen de múltiples factores como:

  • Aspectos ambientales (temperatura, precipitaciones, etc.).
  • Presencia de poblaciones de vinchucas en el peridomicilio (posibilitando la re-infestación de las viviendas).
  • Acciones de control químico ejercidas contra el vector.
  • Re-infestación con vinchucas resistentes a los químicos.

En Argentina, 11 de las 19 provincias son consideradas de alto a moderado riesgo de transmisión vectorial activa (Programa Nacional de Chagas).